Histories de Can Fanga

Històries de Can Fanga es una recopilación de reportajes de corta duración en los que Jordi Portabella nos muestra anécdotas y curiosidades de Barcelona. Podemos acceder a ellos desde la propia página de La Vanguardia o bien desde su canal en Youtube La Vanguardia.com.

Estos reportajes son solo un aperitivo de todas las historias que podemos encontrar en el libro escrito por Jordi Portabella. 

Editor: Edicions 3 i 4 (5 de mayo de 2011) 
Colección: La unitat
Idioma: Catalán 
Reseña del editor: És quan estimes la ciutat on vius que comences a voler saber-ne més i més. Quan vols aprendre'n els carrers, els barris i les festes, les maneres de fer i fins i tot les formes del llenguatge més genuïnes. Barcelona t'emociona i, de mica en mica, forma part de tu mateix, de la mateixa manera que tu en formes part. Te n'adones quan creus que el teu futur està certament lligat a la teva ciutat, al coneixement del seu present però també al coneixement de passat i de la seva idiosincràsia. Arriba un moment que la teva pròpia biografia es confon ambr trossos de la història recent de Barcelona i tens ganes de saber, per exemple, per què hi ha quatre columnes darrere les fonts de Montjuïc o per què hi ha frases fetes i maneres de parlar que t'encanten, també, perquè són misterioses. D'on ve que "se'n va armar una de cal Deu" o on és "la Quinta forca"? Què és "ser un pinxo"? D'on surt "caixa o faixa"? O quin significat té quan es diu que "aixó es Can Seixanta"? Amb un estil rigorós, àgil i eficaç, amb una sorprenent capacitat per explicar-se i per ser alhora amè i profund, Jordi Portabella aconsegueix mostrar el rerefons humà, històric, cultural i social d'algunes maneres de dir del català de Barcelona. Vet aquí un llibre fàcil i alhora profund. Un minuciós treball de paremiologia que inclou moltes informacions noves, on batega tot un seguit de petites i grans històries sobre Barcelona que, de fet, no són sinó capítols de l'apassionant biografia de la ciutat.

El dedo de Colón

¿Hacia donde apunta el dedo de Colón?

A estas alturas de la película todos sabemos que Colón no apunta a América. Podríamos decir que, como mucho, su dedo acusador señala el elemento líquido a seguir para llegar al nuevo continente, o mejor dicho el camino que siguió para llegar a Barcelona y presentarse ante los Reyes Católicos después de "Hacer las Américas".

Esa parecía ser la intención de Gaietà Buigas. Señalar el mar como camino hacia América. No podía ser de otra manera. Señalar tierra firme, no habría quedado bien estéticamente hablando, por muy bien orientado que estuviese el monumento, puesto que daría la espalda al que ahora conocemos como Passeig de Colom, urbanizado en 1878 después del derribo de las murallas de mar.

Más allá del puerto de Barcelona y siguiendo en línea recta la dirección que nos marca el monumento, toparíamos con la costa norte de Mallorca. Afinar más para encontrar el punto de desembarque en costas mallorquinas es un trabajo que dejaremos en manos de personas con más tiempo libre y mejor puntería.

Los que defiendan que señala a Génova, supuesta ciudad natal de Colón para algunos, han de saber que están errados puesto que tendríamos que girar todo el grupo escultórico más de 90 grados en sentido contrario al de las agujas del reloj y dejarlo mirando más o menos al Port Olímpic para que señalase su hipotético lugar de nacimiento.

Una vez que hemos dejado claro que no apunta a América, sino al mar, vamos a desvelar cual sería la dirección correcta (geográficamente hablando) que tendría que tomar el dedo de marras.

Colón debería apuntar a la Torre Colón (curiosidades de la vida) para llegar a la Isla San Salvador del archipiélago de Las Bahamas después de atravesar toda la península ibérica. Bueno, en realidad tendríamos que desviar el dedo un poco a la izquierda de la Torre, pero así es más fácil de recordar. 

Por contra, si mirase a Les Rambles, llegaríamos a Groenlandia o a Tierra de Fuego señalando a Montjuïc. Podríamos decir que todo el continente americano se encuentra entre Les Rambles y Montjuïc.

Space invaders in Barcelona

Llevaba tiempo intentando convencerme que no era cierto. Todos me miraban con carita de pena, diciéndome que eso eran imaginaciones mías, que no podía ser, que había visto demasiadas películas de bichos. 

Y yo les contestaba que no, que no, que yo los he visto. Lo que pasa es que hay mirar bien, open mind, be  water my friend y  ellos solos aparecerán ante tí. 

- Es cierto y están por todo el planeta - Les insistí -. Si no me creéis mirad la foto.

- Sí, sí, ya sabemos que con el photoshop se puede hacer lo que quieras, y con tu imaginación más.

Un invasor con forma de cangrejo intentando apoderarse de la Calle Cervantes

Pues si con este video no os convenzo, una de dos, o estáis ciegos o es que estoy rodeado.

La próxima vez que salgáis a la calle andad con cuidado. Pueden estar observándonos a la vuelta de la esquina, o quizás es ese vecino con cara de nada que no saluda a nadie y hace como que no te ve cuando entra en el ascensor, obligándote a subir las escaleras cargado como un mulo y a acordarte de todo su árbol genealógico empezando por su madre, pues el muy ..... se ha dejado la puerta del ascensor abierta.

Pensad en ello, Yo de vosotros no dormiría con la ventana abierta. Bueno, esto último os lo podéis saltar.

Calamar, cangrejo y pulpo

Hablando un poco en serio: 

El juego Space Invaders apareció a finales de los 70. Poco a poco se fueron  apoderando de nuestras mentes los tres tipos de invasores (calamar, cangrejo y pulpo), llegando el éxito hasta nuestros dias. Que levante la mano quien no haya echado una partidilla alguna vez.

Ahora podemos encontrar mosaicos como el de la Calle Cervantes por todo el mundo. 

Los que realmente nos están invadiendo son los Geeks o frikis con este tipo de cultura urbana. Entre ellos están los del video de arriba, quizás tu vecino del quinto y pensándolo bien, un poco yo.
Seguiremos a la caza y captura.

Señales de tráfico de otra época

Qué bucólicas esas imágenes de Barcelona de principios de Siglo XX en las que los barceloneses se movían por Barcelona  sin necesidad de semáforos, y los carruajes, tranvias y bicicletas campaban a sus anchas por el Passeig de Gràcia.
Poca información es la que he encontrado, por no decir ninguna, referente a cuando empezaron a colocarse estas placas, pero entiendo que fueron de utilidad hasta que el uso generalizado del vehículo eliminó a los  caballos de las calles a principios del S.XX.
En cuanto a su función el sentido común me dice que estaba más enfocado a dirigir el sentido de circulación de carruajes y caballos por calles estrechas que a avisar al transeunte de a pie, debido a que están colocadas a una altura excesiva para que el peatón se percatara.

Hoy no voy a desvelar la situación de estas señales. Sería como ir a cazar setas  y decir dónde las he cogido. Además seguro que os las habéis encontrado más de una vez callejeando por el Casc Antic, sobretodo las dos de abajo. Para las de entrada y salida de carruajes hay que fijarse un poco más para encontrarlas.

Desconozco "por ahora" si hay algún otro tipo de señales de esta época que aún pervivan, así que si recordáis haber visto algo parecido, aquí tenéis un espacio para sacarlas de las tinieblas del olvido. 

Que bonito me ha quedado, estoy hecho un poeta.

PD: Seguiré cazando placas.

Actualización: